Critican el «arboricidio» que propone la Comunidad de Madrid
Los colectivos vecinales llevan este miércoles y el jueves a Bruselas la tala de árboles de la L11 de Metro
Cientos de ciudadanos han llevado este domingo su protesta contra la tala de árboles por la ampliación de la Línea 11 de Metro de Madrid al centro de la capital, con una manifestación entre Sol y Cibeles al grito de No a la tala.
Desde las 12 de la mañana y hasta más allá de las 14 horas, los vecinos han manifestado su «disconformidad con la tala masiva de más de 1000 árboles». El recorrido, que ha durado algo más de dos horas, ha concluido en Cibeles, donde se ha leído el manifiesto de la protesta a cargo del actor Pepe Viyuela.
La vecindad ha portado pancartas con lemas como ‘Metro sí, pero no así’ o ‘Más verde, menos cemento’ para mostrar su rechazo a las talas bajo el lema Barrios unidos por unos parques vivos y verdes.
Afectadas 48.170,00 metros cuadrados de zonas verdes
En este sentido, desde las asociaciones vecinales explican que por ejemplo, la documentación remitida preveía la tala de 79 árboles y el proyecto que se va a ejecutar pretende destruir 676, además de indicar que iban a verse afectadas 9.624,60 metros cuadrados de zonas verdes cuando son 48.170,00 metros cuadrados.
Además, en la denuncia se advierte que la destrucción de conjuntos arbóreos en varios puntos del trazado «afectaría a lugares que gozan de protección urbanística especial y son parte del patrimonio mundial, como el Paisaje de la Luz». Y acusa a la Comunidad de «falsear planos de instalaciones con el fin de justificar la elección de una alternativa de trazado que no es la que cuenta con Declaración de Impacto Ambiental».
En este sentido, desde los denunciantes se recalca en el escrito que existen alternativas para ampliar la Línea 11 de Metros «sin sacrificar innecesariamente el patrimonio natural y cultural de Madrid».
En un comunicado, los vecinos han incidido en la defensa de la necesidad de «avanzar en la movilidad sostenible» y agradecen al BEI que impulse nuevos proyectos con la financiación de la Unión Europea pero, al mismo tiempo, exigen «que cualquier sacrificio sea evaluado, informado y mitigado, cumpliendo las normas medioambientales y sociales del propio BEI, que garantizan que el patrimonio natural y cultural de Madrid no sea la principal víctima».