Feministas alertan de la «gravedad» del ritual «misógino» del colegio mayor y piden sanciones «ejemplares»

Así se han pronunciado tras la difusión de unas imágenes donde muchos alumnos del colegio mayor Elías Ahuja profieren insultos como «ninfómanas», «putas» y «os vamos a follar» a otras jóvenes del colegio de Santa Mónica, ubicado justo enfrente.

«Es apología de la violencia sexual, con una puesta en escena masiva. Es grave que se mantengan estos rituales entre la población joven e igualmente grave que haya connivencia o se reste importancia desde los responsables de estos centros y de la universidad», ha manifestado Ana de Blas, del Movimiento Feminista de Madrid, en declaraciones a Europa Press.

Además, ha pedido «sanciones ejemplares y acordes con la necesidad de acabar con la impunidad de las fratrías que amenazan y, llegado el caso, agreden a las mujeres», al tiempo que ha exigido «tolerancia cero» ante este tipo de actitudes y «coeducación sexual en valores igualitarios en todas las etapas».

En la misma línea, la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro, ha calificado de «gravísimos» estos hechos que, a su juicio, «ponen manifiesto un comportamiento completamente misógino y denigrante, que agrede directamente a las mujeres y fomenta el discurso del odio y la cultura de la violación».

Según ha precisado Besteiro a Europa Press, este tipo de comportamientos pone de manifiesto lo que ya han evidenciado algunos estudios. En concreto, ha recordado que, según revelaba el Barómetro Juventud y Género 2021, realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fad, uno de cada cinco adolescentes y jóvenes varones cree que la violencia de género no existe y que es solo un «invento ideológico», el doble que hace cuatro años.

Para combatir este tipo de conductas machistas, Besteiro considera necesaria, desde la escuela, una educación afectivo sexual que «en estos momentos, está confiada a la pornografía» que es «agresiva, intimidatoria, desigual para las mujeres, basada en el sometimiento y la sumisión»; así como campañas que busquen combatir esos discursos que, según ha lamentado, se han «instalado en las más altas instituciones».